El año 2024 fue como un viaje en montaña rusa para Turquía. Descensos económicos, ascensos sociales y preocupaciones de seguridad estuvieron presentes en todos los rincones. El aumento del dólar, la inflación disparada y los precios de los alimentos que nos hicieron preguntar: «¿Qué producto será más barato esta semana?» marcaron el año. Las medidas a corto plazo del gobierno, que se pueden resumir como «intentamos, pero no lo conseguimos», proporcionaron algo de alivio, pero no fueron suficientes para cubrir los problemas estructurales a largo plazo. Mientras el crimen organizado aumentaba en las grandes ciudades, el tema de la armamentización individual aumentó las preocupaciones de seguridad pública. Y, por supuesto, las tensiones con los países vecinos en las fronteras pusieron a Turquía en un estado de ánimo de «¿Pasaremos este examen?»
Pero 2024 no solo fue turbulento económicamente; también estuvo marcado por problemas sociales y de seguridad. El «problema de seguridad» se profundizó, con el crimen organizado, el aumento de la armamentización en las calles y la creciente inseguridad tomando un control más fuerte sobre la sociedad. Comencé a preguntarme: «¿Es seguro salir?» Nos volvimos cada vez más curiosos sobre qué vecindario había tenido un tiroteo o qué crimen peligroso se había cometido en qué calle. Junto a esto, las tensiones en las regiones fronterizas del país aumentaron rápidamente, y las relaciones con los países vecinos se convirtieron en otra gran preocupación estratégica.
El 2024 también significó una «carga laboral pesada» para los contadores. La incertidumbre económica en Turquía amplió significativamente el alcance del trabajo para los contadores. El aumento de la inflación, los cambios constantes en la legislación fiscal y las innovaciones traídas por la digitalización pusieron una gran presión sobre ellos. La implementación obligatoria de herramientas digitales como la factura electrónica, los libros electrónicos y la archivación electrónica inició un gran proceso de adaptación en el sector. Cuestiones como la contabilidad de la inflación y las regulaciones digitales hicieron que los contadores se preguntaran constantemente: «¿Estamos lo suficientemente preparados?» Sin embargo, a pesar de todo, la mayor víctima de la alta inflación fueron «los salarios», lo que aumentó significativamente las presiones económicas sobre los profesionales del sector.
Por supuesto, 2024 no fue fácil para el mundo tampoco. La economía global luchó con la alta inflación en los países desarrollados y las fluctuaciones del tipo de cambio en los mercados emergentes, mientras las tensiones geopolíticas continuaron en todo el mundo. La guerra en Ucrania, los vientos fríos entre Occidente y Rusia, las tensiones en el Medio Oriente y las amenazas de China hacia Taiwán… Todo parecía moverse en paralelo. La turbulencia económica global desafió aún más la economía de Turquía, pero al menos no nos sentimos solos, ¿verdad?
En cuanto a 2025, este año parece estar formándose bajo la sombra de los desafíos económicos y sociales de 2024, pero con nuevas oportunidades y riesgos. La gestión de la inflación, las fluctuaciones en los tipos de cambio y otros problemas seguirán siendo tema de debate. Sin embargo, las nuevas reformas económicas del gobierno y el objetivo de aumentar la entrada de capital internacional determinarán el futuro de la economía. El sector energético también será un tema clave, con la energía renovable tomando un papel más prominente gracias al aumento de inversiones. Sin embargo, la dependencia de los combustibles fósiles continuará siendo un tema de debate. El 2025 podría ser un año marcado por reformas económicas de gran alcance, movimientos sociales y desarrollos regionales en Turquía. La dinámica de la sociedad está cambiando rápidamente. Con el alto desempleo juvenil, los problemas estructurales en la educación, los derechos de las mujeres y los problemas medioambientales, los movimientos sociales podrían volverse más organizados en 2025. Los derechos de las mujeres y los temas ambientales seguirán siendo más vocales, y quizás la política de “transformación verde” de Turquía se forme de manera más clara. El aumento de los espacios verdes en las ciudades y las soluciones innovadoras para combatir el cambio climático serán temas centrales en 2025. En términos de seguridad, se esperan regulaciones más estrictas sobre la armamentización individual y medidas más duras para combatir el crimen organizado. Las tensiones en las fronteras del país y los movimientos migratorios podrían continuar afectando la estabilidad regional. Por lo tanto, al preguntar «¿Estamos a salvo?», también será necesario tener en cuenta las incertidumbres económicas.
Para los contadores, 2025 podría ser un año de rápida digitalización y aumento de regulaciones. Las tecnologías blockchain, los procesos de auditoría apoyados en IA, la expansión de las aplicaciones de documentos electrónicos y las regulaciones fiscales internacionales traerán grandes cambios al sector. Este año, los contadores que se adapten rápidamente a la transformación digital y sigan de cerca la tecnología serán los que se destaquen.
En cuanto a la economía global, 2025 podría ser un año marcado por incertidumbres crecientes y nuevas tecnologías. El ascenso de las monedas digitales, el uso más amplio de las tecnologías blockchain y el potencial para cambios revolucionarios en la economía global podrían ocurrir. Sin embargo, también se espera que las tensiones geopolíticas aumenten y los conflictos se profundicen. El conflicto entre China y Taiwán, la inestabilidad en el Medio Oriente y los efectos de la guerra en Ucrania seguirán impactando la seguridad global.
En última instancia, 2024 fue un año lleno de transformaciones e incertidumbres, no solo en Turquía, sino en todo el mundo. El 2025 podría ser un año donde estas tendencias se vuelvan aún más pronunciadas, las revoluciones tecnológicas aceleren y las relaciones internacionales se vuelvan más complejas. Así que, al adentrarnos en 2025, no tenemos una respuesta clara a la pregunta «¿Qué traerá el futuro?», pero tal vez esta incertidumbre nos obligue a estar preparados. ¡Es seguro decir que el año estará marcado por grandes cambios tanto en la economía como en la sociedad!